miércoles, 30 de noviembre de 2011

"Tu leche no alimenta"

El niño llora porque es llorón (como casi todos), o llora demasiado poco, o mueve las piernas cuando come porque es inquieto, o tu leche no se desborda bajo el sujetador (hay que tener en cuenta que tener el empapador mojado es un defecto de rodaje, no una virtud), o no engorda medio kilo cada semana, o duerme mucho, o duerme poco, o no notas el “golpe de leche” mientas come, o qué se yo … Da igual cual sea el caso, que siempre habrá alguien (normalmente mayor que tú y con sobrada experiencia en la materia) que te dirá “eso es porque tu leche no le alimenta”, dale un biberón.
Antes esta situación por la que pasa casi la totalidad de las mamás primerizas, las opciones deben ser coherentes. Si el bebé crece sano y se le ve feliz y la mamá desea dar de mamar, no tiene que dejar de hacerlo.
En mi caso, gracias al incondicional apoyo de su papá, Óscar sigue con “su teta”. Vencimos ese asalto.

¿Come bien?

¿Se le ve bien? Pues claro que come bien. A un niño mal alimentado se le nota: le falta luz, vitalidad, fuerzas, y pierde peso. Si no ocurre esto, es que está bien, a pesar de las dudas.
El hecho de pesarle cada semana provoca nervios porque la báscula parece la evaluación de tu leche. Si el niño de fulanita engorda más, es que su leche es mejor. Es absurdo, pero yo he bajado a la farmacia a por un bote de leche artificial que sabía que no iba a abrir, pero que necesitaba tener en casa como “apoyo”. No era tal apoyo, era una espada de Damocles mirándome cada vez que abría el armario.
Los percentiles son orientativos, pero a todos nos gusta que nuestro hijo sea el más grande y el más alto sin tener en cuenta que hay padres realmente pequeños que no pueden tener hijos del percentil 97, o padres muy altos que por mal que alimenten a su hijo, éste no se estancará en el metro cincuenta.
El ambiente influye mucho en el crecimiento, peor no hay que olvidar que partimos de un mapa genético determinado.
El hecho de estar por debajo del percentil 50 no significa estar bajo de peso o corto de talla, sino, dentro de la curva normal. De hecho para que exista una media, tiene  que haber niños sanos con más peso y niños sanos con menos peso. A todos nos parece obvio cuando lo vemos en casa ajena.
Si el niño está demasiado cansado para mamar o a pesar de que va pasando tiempo sólo come y duerme, es mejor que le echen un vistazo, puede ser perezoso, pero más vale prevenir.
No es necesario cometer el error de sacarte la leche para ver cuánta tienes. Lo primero porque si no la congelas luego, la echas a perder (¿o se la vas a dar en un biberón?) y lo segundo, porque el sacaleches no saca lo mismo que tu hijo, nunca. Tu hijo le pide al pecho cada toma lo que necesita. Una toma puede ser de 30 mililitros y otra de 150. Por suerte, y recalco por suerte, no lo sabes y no lo puedes controlar.

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