miércoles, 30 de noviembre de 2011

Más mayorcitos... y mamando

Los dientes

Cuando dicen que los dientes no se notan, no es del todo cierto. Cuando ya están en la boquita, si el niño mama correctamente, efectivamente no se notan. Pero cuando están saliendo, sí.
El niño está molesto con la boca y quiere morder, y un buen consuelo es contar con el pecho de mamá. Pero a veces aprietan, y resulta molesto.
También depende de la edad a la que empiecen a salir los dientes, cuanto más pequeño sea, menos conciencia de que hace daño tendrá.
A mi hijo le comenzaron a salir a los diez meses (yo tengo una teoría, y es que como la base de su alimentación era el pecho por aquel entonces, no necesitaba dientes porque no iba a masticar mucho, aunque no puedo probarla, me parece factible), y desde entonces (ahora tiene dieciocho) le han salido siete y alguna muela.
Hoy día, si me pongo a hablar con alguien mientras toma el pecho o me distraigo, me muerde y se ríe para que yo vuelva a atenderle. No me parece bien, ni mucho menos, y me enfado y le regaño, e incluso en alguna ocasión le he retirado el pecho en una toma, pero tengo que reconocer que ingenio no le falta.

Sin miedo al qué dirán

Y aquí, tristemente, llegamos a un punto crítico, el “qué dirán”.
“Mi niño es mío y le alimento como quiero”, pero parece que no. Yo tengo que justificar a menudo que mi hijo toma el pecho (aunque como me gusta discutir sobre el asunto, suelo dar juego). Cuando procuro que las reuniones sean por la mañana porque la merienda se la doy yo, cuando le ven corriendo en el parque y que viene a pedir teta porque tiene sed… En fin.
Hace no muchos años nadie habría dicho nada, ¿por qué carecemos de memoria histórica?

Relactación

Y puede que en algún momento el niño decida dejar de mamar, o tú quieras (o tengas) que dejar de darle, pero la decisión puede no ser definitiva.
En primer lugar, el destete debe ser muy lento, llegando a durar meses. No es cuestión de decir “mañana desteto al niño”, más que nada porque el dolor de pecho que puede generar debe ser tremendo, y porque al niño le puedes crear un trauma por quitarle algo que ha tenido siempre a su disposición cuando lo ha querido.
Además, un niño pude dejar de mamar por cualquier motivo durante un tiempo (incluso meses) y luego volver a querer porque tiene un cambio en su vida, o por la llegada de un hermanito. No hay nada de malo en dejarle volver, no vas a crear un “monstruo” por hacerlo. De hecho, que yo sepa, el exceso de cariño no convierte a la gente en psicópatas despiadados, sino más bien todo lo contrario.

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